El sector de servicios, que aporta aproximadamente el 63% del PIB, está dominado principalmente por el turismo. Este ha mostrado un crecimiento constante durante casi todos los años desde la independencia, llegando a ser durante la década de 1980 la principal fuente de divisas para el país.
Los turistas, principalmente británicos y alemanes, son atraídos por las playas y las zonas de reservas de caza, en particular, por el parque nacional de Tsavo (20 808 kilómetros cuadrados) en el sureste del país, el cual, cuenta con muchas especies representativas del continente como lo son el elefante, la cebra, el leon, entre otros grandes mamíferos y especies africanas, que aportan al turismo local.
Este turismo ha ayudado en la recuperación económica que ha sufrido el país durante los últimos años.
El turismo es actualmente la mayor fuente de divisas extranjeras de Kenia, seguido por las flores, el té y el café. En 2006 el turismo generó 803 millones de dólares en contraste a los 699 millones de dólares del año anterior.
Industria y manufactura
A pesar de que Kenia es el país más desarrollado industrialmente de la región oriental de África, el sector sigue representando solo el 14% de Producto Interno Bruto (PIB).
La actividad industrial, concentrada en torno a los tres principales centros urbanos: Nairobi, Mombasa y Kisumu, está dominada por las industrias alimentaria como la molienda de cereales, la producción de cerveza y el procesamiento de caña de azúcar, además de la fabricación de bienes de consumo, como por ejemplo, vehículos.
Existe además un rápido crecimiento en la industria dedicada a la producción de cemento. Kenia tiene una refinería de petróleo que procesa el petróleo importado para la creación de productos destinados al mercado doméstico.
Al año 2017, Kenia tiene una población de 49,699.86 habitantes según datos del Banco Mundial.
Los idiomas oficiales son el inglés y el suajili. A lo largo de la costa es hablado el italiano. La esperanza de vida es de 67 años. El promedio de hijos por mujer es de 4,82. El 85,1% de la población está alfabetizada.
Kenia es un país de gran diversidad étnica. La tensión entre las distintas etnias ha sido una de las principales fuentes de conflictos en el país. A comienzos de los años 1990, disturbios interétnicos provocaron la muerte de miles de personas y dejaron a decenas de miles sin hogar.
Fue precisamente esta división étnica la que permitió al antiguo presidente Daniel Arap Moi, en el poder de 1978 a 2002, mantenerse gobernando durante cuatro mandatos consecutivos.
Los grupos étnicos son kĩkũyũ 22%, luhya 14%, luo 13%, kalenjin 15%, kamba 11%, kisii 6%, meru 6%, otros grupos africanos 12%, no africanos (asiáticos, europeos y árabes) 1%. Las minorías europeas y asiáticas están concentradas principalmente en Nairobi, mientras que la minoría árabe está asentada sobre todo en Mombasa.
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